Añoro aquellos días de mi feliz infancia
noches de luciérnagas y grillos cantores
donde los niños fuimos los actores
de utopías sin malicia, pura inocencia.
Con los primos mis hermanos y yo la pasamos
abundantes quimeras a su lado enhebré
cosas que no compra el dinero a cumbre
de un inmenso pozo rico fuimos los amos.
Creíamos en los duendes y las hadas
bajo la danzante lluvia nos mojamos
con las ranas en las charcas saltamos
qué maravilla, ¡cuántas fantasías acunadas!
Entre calles alfombradas por la greda
galopó la inocencia embalada en la decencia
hasta alcanzar la florecida adolescencia
los sueños escondimos en la colorida rosaleda.
Sólo ha quedado una vieja y amarillenta fotografía
testigo mudo de sueños e ilusiones sembrados
en mi mente, mirada y corazón eternamente guardados
hasta hoy escritos en ésta mi melancólica poesía.
Autora: Ma. Gloria Carreón Zapata.
Fotografía mis primos dos de mis hermanos y una servidora.
Cometarii