Por recorrer tu cabello
tu frente y luego tus ojos,
tus labios a mis antojos,
bordar de besos tu cuello;
por dejes de tu resuello
tatuado en tu anatomía
por la cumbre de tu hombría
en mi cima de una vez
yo me resbalo a tu pies
presa de tu geografía.
Me prefiere arrodillada
exactamente a la altura
magistral de la cintura
y con la voz mutilada,
que mi boca sea cascada
donde se vierte tu río
culminando el desafío,
desde mi cuenca sonora,
puedes sacar sin demora
el último verso mío.
Cometarii
Bellos poemas que con su arte desnudan el alma y encienden la mente